Bacterias resistentes a los antibióticos, ¿la próxima pandemia?



Si bien la actual pandemia de la COVID-19 ha concentrado toda la atención mediática y buena parte de los recursos de investigación médica, existen otros peligros y amenazas relacionados con la salud que hay que tener presentes.

Las bacterias son células procariontes que pueden actuar como agentes infecciosos que causan enfermedades transmisibles como el botulismo o el cólera, entre otras, y que han convivido con la humanidad a lo largo de los siglos, siendo los antibióticos la principal herramienta que se tiene para mantener las bajo control eliminándolas o impidiendo su crecimiento.

Sin embargo, el éxito de estas sustancias (producidas en su mayoría a partir de organismos como hongos, otras bacterias, o a través de procesos químicos) se encuentra en entredicho debido al surgimiento de microorganismos farmacorresistentes, lo que ha provocado un incremento de la mortalidad, y los costos médicos.

Esta era precisamente la prioridad número uno de la Organización Mundial de la Salud hasta el inicio de la pandemia por la COVID-19 en Wuhan a fines del 2019, y volverá a serlo cuando pase la emergencia sanitaria, ya que las proyecciones son tales que para el 2050 estas enfermedades podrían causar más muertes que el cáncer a nivel mundial.

A pesar de que hoy en día existe una amplia gama de antibióticos conocidos, las bacterias son capaces de adaptarse a condiciones adversas de existencia en el planeta, como altas o bajas temperaturas en donde otras formas de vida como animales o plantas no pueden sobrevivir, lo que les estaría permitiendo adaptarse a la presencia de antibióticos.

Así lo explicó el Dr. Andrés Marcoleta, integrante del Grupo de Microbiología Integrativa y del Laboratorio de Biología Estructural y Molecular de la Facultad de Ciencias, quien recordó que durante los últimos años “hemos producido muchos antibióticos, no solo para la medicina sino también para la ganadería o la acuicultura, entonces se vierten muchos al ambiente y en algún momento llegan a donde están habitando las bacterias naturalmente, lo que de alguna manera las obliga a hacerse resistentes o a perecer”.

Estas bacterias sobrevivientes pueden traspasarle la información genética que contiene esta capacidad de resistencia a otras bacterias, difundiendo esta habilidad a organismos capaces de producir enfermedades.

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