Comer aprisa y a altas horas de la noche puede afectar la salud



Somos lo que comemos, dice el refrán, y cada vez hay más evidencia de que no solo lo que comemos y cuánto comemos influye en nuestra salud, sino también influyen la rapidez y el horario en que se come.[1]

Las investigaciones indican ahora que estos dos factores pueden influir en el riesgo de desarrollar problemas digestivos, obesidad y diabetes de tipo 2. Dado que el horario de las comidas y la velocidad de consumo son modificables, ofrecen nuevas oportunidades de cambiar el comportamiento de las y los pacientes para ayudar a prevenir y, tal vez, tratar estas afecciones.

No tan rápido

La mayoría de la gente conoce bien los efectos digestivos que a corto plazo tiene comer demasiado rápido, entre ellos, indigestión, meteorismo, distensión y náuseas. Pues bien, comer demasiado rápido con regularidad puede tener consecuencias a largo plazo.

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