Henriette van Praag, que creció en los Países Bajos, siempre había sido muy activa, practicaba deportes y montaba en bicicleta para ir al colegio todos los días. A finales de la década de 1990, cuando trabajaba como científica en el Instituto Salk de Estudios Biológicos de San Diego, descubrió que el ejercicio puede estimular el crecimiento de nuevas células cerebrales en ratones mayores. A partir de entonces, su actitud hacia el ejercicio cambió.
“Empecé a tomármelo más en serio”, dijo Van Praag, ahora profesora asociada de Ciencias biomédicas en la Florida Atlantic University. Hoy en día, eso implica hacer crossfit y correr ocho o nueve kilómetros varios días a la semana.
Todavía está en debate si el ejercicio puede hacer que crezcan nuevas neuronas en seres humanos adultos, una hazaña que antes se consideraba imposible y una tentadora perspectiva para tratar enfermedades neurodegenerativas. Pero aunque no sea posible, la actividad física es excelente para el cerebro, ya que mejora el estado de ánimo y la cognición a través de “una plétora” de cambios celulares, dijo Van Praag.
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