Reemplazar la sal común con un sustituto de sal redujo la incidencia de hipertensión de nueva aparición sin provocar hipotensión, en comparación con un grupo que consumió sal habitual, según mostraron nuevos datos.[1]
Entre un grupo de personas adultas mayores con presión arterial normal, aquellas que cambiaron la sal de mesa por un sustituto de sal (que consistía en 62,5% de cloruro de sodio, 25% de cloruro de potasio y 12,5% de saborizantes) tenían 40% menos de probabilidades de desarrollar hipertensión durante 2 años, en comparación con sus contrapartes que continuaron con sal regular.
“Desde una perspectiva de salud pública, los resultados de nuestro estudio indican que todas las personas de la población, con hipertensión o normotensión, pueden beneficiarse al reemplazar la sal regular con un sustituto de sal enriquecido con potasio”, dijo a Medscape Noticias Médicas el autor principal, Dr. Yangfeng Wu, Ph. D., profesor y director ejecutivo asociado del Peking University Clinical Research Institute, en Pekín, China.
“Por lo tanto, la sustitución de la sal debe considerarse y promoverse como una estrategia para toda la población para la prevención y el control de la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares”, afirmó el Dr. Wu.
El estudio fue publicado en versión electrónica el 12 de febrero en Journal of the American College of Cardiology.
“Teniendo en cuenta la estrategia fallida para reducir la ingesta de sal en todo el mundo, la sustitución de la sal es una alternativa atractiva. La industria alimentaria y las autoridades deberían preparar estrategias para la implementación a gran escala de sustitutos de sal”, escribió en un editorial adjunto el Dr. Rik Olde Engberink, Ph. D., del Amsterdam University Medical Center, en Ámsterdam, Países Bajos.
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