La omisión habitual del desayuno, ya vinculada a diversas posibles implicaciones para la salud, así como cenar tarde, se asocian con otro riesgo importante: la fractura ósea, según ha demostrado una nueva investigación.
“Nuestro trabajo es el primero en sugerir que saltarse el desayuno y cenar tarde se asociaron de forma independiente con un mayor riesgo de fractura osteoporótica, además de los factores de riesgo convencionales, al utilizar una base de datos de reclamaciones a gran escala”, informaron los autores y autoras en el estudio, publicado recientemente en Journal of the Endocrine Society.[1]
Los hallazgos provienen de un amplio estudio de cohorte que evaluó los hábitos de vida y los datos sobre fracturas de 927.130 participantes, con una mediana de edad de 66,6 años, en una extensa base de datos japonesa de reclamaciones de salud.
