Comer temprano puede mitigar el riesgo genético de predisposición a la obesidad y también puede ayudar a mantener la pérdida de peso a largo plazo, concluyó estudio multicéntrico publicado en la revista Obesity.
En los últimos años el horario de alimentación ha surgido como un factor emergente con impacto en el control de peso; la evidencia sugiere que puede afectar metabolismo, gasto energético y procesos fisiológicos relacionados con la regulación de peso corporal; al mismo tiempo, este factor actúa como señal de sincronización para tejidos metabólicos como hígado, páncreas y tejido adiposo, por lo que un cambio en el horario de consumo de alimentos podría modificar la sincronización de los relojes circadianos moleculares y en consecuencia, los ritmos de la función metabólica.
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