La Organización Mundial de la Salud (OMS) publica hoy sus primeras directrices mundiales sobre el manejo de la anemia de células falciformes (o drepanocitosis) durante el embarazo, con el fin de abordar un importante problema de salud que va en aumento y que puede tener consecuencias potencialmente mortales tanto para la mujer como para el niño.
La anemia de células falciformes es un grupo de trastornos sanguíneos hereditarios caracterizados por glóbulos rojos de forma anómala que se asemejan a medias lunas u hoces. Estas células pueden bloquear el torrente sanguíneo y provocar anemia grave, episodios de dolor intenso, infecciones recurrentes, además de urgencias médicas como accidentes cerebrovasculares, sepsis o insuficiencia orgánica.
Los riesgos para la salud asociados a la anemia de células falciformes se intensifican durante el embarazo, debido a las mayores demandas en el suministro de oxígeno y nutrientes del organismo. Las mujeres con esta enfermedad tienen una probabilidad de muerte materna de 4 a 11 veces mayor que las mujeres que no la padecen. Son más propensas a tener complicaciones obstétricas como la preeclampsia, mientras que sus hijos corren mayor riesgo de muerte fetal o de nacer antes de tiempo o con bajo peso.
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