En los sistemas sanitarios de Latinoamérica, sobrecargados de pacientes con patologías renales, con consultorios abarrotados y turnos de diálisis completos, pedir cuidados renales más amigables con el ambiente más allá de su vital importancia podría parecer algo inalcanzable. Nno obstante, la realidad es que existen acciones que conducen a una nefrología más verde que hoy están a la vista de las y los especialistas de la región, basta solo con optimizar procedimientos, dar prioridad a algunas prácticas que ya se realizan y elegir sabiamente.
“Es evidente que el disminuir la carga de la enfermedad renal crónica o retardar su progresión, se traduciría en una disminución en la demanda de diálisis y del impacto ambiental que ello implica. Pero, además, podemos tomar medidas como implementar la diálisis incremental, dosificándola en frecuencia y duración de acuerdo con la función renal residual, o disminuir el flujo del dializado, si las circunstancias del paciente lo permiten. Por otro lado, puede contribuir a esta perspectiva la práctica del trasplante renal anticipado”, comentó a Medscape en español el Dr. Guillermo García García, médico especialista en nefrología, profesor investigador del Centro Universitario de Ciencias de la Salud de la Universidad de Guadalajara, en Guadalajara, México, y uno de los autores de un artículo publicado en la revista Kidney International que abordó aspectos centrales para una nefrología más sustentable en Latinoamérica.
La nefrología verde, según el Dr. García García, se gestó hace ya unas décadas en Australia y ha sabido ganar cierta consideración en lugares de ingresos altos como los Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido o la Unión Europea. “Pero en Latinoamérica el principal desafío para su implementación es la poca conciencia e interés en el tema, tanto en la comunidad nefrológica como en las autoridades sanitarias de la región”, lamentó el especialista.
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