El deseo sexual de una mujer con frecuencia se reduce con la edad, sobre todo durante la perimenopausia , cuando surgen problemas como el dolor y las molestias vaginales.
Sin embargo, un nuevo estudio revela que la identidad sexual puede desempeñar un papel clave en el bienestar sexual durante la mediana edad.
El estudio, que aparece en la edición del 18 de diciembre de la revista Menopause, encontró que las mujeres no heterosexuales eran significativamente más propensas a seguir sexualmente activas y menos propensas a reportar dolor durante la actividad sexual, en comparación con las mujeres heterosexuales.
Hasta el 85% de las mujeres posmenopáusicas informan de problemas con la función sexual, como dolor, disminución de la libido y angustia.
Estos síntomas, que a menudo surgen durante la perimenopausia, pueden tener efectos duraderos en la calidad de vida y las relaciones.
Los investigadores dirigidos por Laura Muratore, coordinadora de investigación clínica en psiquiatría de la Universidad de California, en San Francisco, analizaron los datos de una encuesta de más de 230 mujeres veteranas inscritas en la Administración de Salud de Veteranos. Los participantes tenían una edad promedio de 56 años, y el 25% se identificó como no heterosexual.
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