Detección precoz del cáncer en personas con virus de inmunodeficiencia humana



La detección precoz del cáncer en personas que viven con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) es objeto de un extenso debate desde hace décadas, pero este se ha centrado principalmente en las neoplasias definitorias de síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA). En cambio, faltan estrategias para los tumores no definitorios de SIDA, como los pulmonares, hepáticos, anales, cervicales, mamarios, prostáticos, colorrectales y cutáneos, cuya incidencia en este grupo de pacientes es entre 2 y 3 veces superior a la población general y que constituyen una de sus principales causas de muerte.

Siguiendo esta idea, un grupo español con miembros de 25 unidades de enfermedades infecciosas, postuló que se podría estar produciendo un infradiagnóstico de estos tumores si se siguen estrategias convencionales de cribado, que son las que se recomiendan hasta el momento. Por ello, diseñaron el protocolo de cribado intensivo denominado IMPAC-Neo para la detección de lesiones precancerígenas y cáncer no definitorio de SIDA, con la intención de que pueda ser integrado en el seguimiento estándar de estos pacientes y mejorar la evolución de la enfermedad. Lo evaluaron mediante un ensayo clínico aleatorizado comparándolo con el cribado convencional.

Este cribado ampliado consiste en realizar las pruebas convencionales, como la tomografía computarizada de baja dosis en personas con antecedente de tabaquismo o anuscopias, más frecuentemente en personas que viven con virus de inmunodeficiencia humana que en la población general.

Como resultados relevantes, exponen:

  • Una prevalencia global de precursores cancerígenos o cáncer en estadio temprano del 3,8%, con mayores tasas en individuos a los que se cribó para cáncer anal y colorrectal.
  • Los efectos adversos relacionados con el cribado fueron muy poco frecuentes, solo del 0,8% de los participantes, y todos ellos leves.
  • Una buena disposición de los profesionales sanitarios a implementarlo. El protocolo presentó una gran aceptación (97,1%) y los profesionales lo consideraron apropiado (91,4%) y factible (77,1%).

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