Todo el mundo conoce a alguien que contrajo COVID-19 en repetidas ocasiones, y probablemente también tenga ese amigo molesto que nunca ha tenido la enfermedad. ¿Por qué sucede esto?
Según una nueva investigación, a largo plazo es probablemente la genética la que impulsa el nivel de susceptibilidad de un individuo al SARS-Cov-2.
“Nuestros resultados sugieren que, inicialmente, las diferencias en el ambiente familiar compartido influyeron en quién se infectó con COVID-19 más que las diferencias genéticas”, explicó la autora principal del estudio, Katie LaRow Brown, candidata a doctorado de la Universidad de Columbia, en la ciudad de Nueva York.
“Sin embargo, con el tiempo, la importancia de estas diferencias en el ambiente doméstico compartido se redujo, y el factor genético aumentó”, dijo. Brown habló en un comunicado de prensa de Cedars-Sinai en Los Ángeles, que también participó en la investigación.
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