Fumar está asociado con un mayor riesgo de depresión y trastorno bipolar: tres teorías que lo explican



Hace tiempo, el cigarrillo era el compañero infaltable de los héroes de cine, e incluso se mostraba a médicos fumando en hospitales en películas y publicidades. Sin embargo, desde hace años, sabemos con certeza que fumar es perjudicial para la salud.

Vivimos en una época en la que esta toma de conciencia se expresa en las advertencias que se encuentran en los envoltorios de los paquetes de cigarrillos bajo la forma de imágenes que alertan, por ejemplo, gravísimas enfermedades pulmonares o en la prohibición de fumar en cada vez más espacios. Pero la advertencia sigue siendo fundamentalmente sobre enfermedades orgánicas a las que seguimos conceptualizando como algo separado del individuo (concebido como un todo).

Lo que no es tan claro para el público general es su correlación con el incremento en el riesgo de padecer enfermedades mentales. En realidad, inclusive todavía existe cierta sensación que el mismo actúa como una ayuda frente a, por ejemplo, el estrés cotidiano.

La literatura médica de los últimos años presenta, sin embargo, gran cantidad de publicaciones referentes a la correlación entre el tabaquismo y las enfermedades mentales. Así, por ejemplo, en un estudio examinó la correlación entre prevalencia en el consumo de tabaco, en individuos con diferentes patologías o frente a aquellos sin patología diagnosticada.

Leer noticias en Infobae