Por qué retrasar el envejecimiento del intestino podría alargar la esperanza de vida



Una investigación publicada en Nature aseguró que el secreto del antienvejecimiento y la extensión de la vida en peces cebra, en quienes se realizó el trabajo, y posiblemente en humanos, estaría centrado en la enzima telomerasa.

¿Es posible alargar la vida simplemente retrasando el envejecimiento de un órgano, como el intestino? El descubrimiento de que la esperanza de vida se puede prolongar genéticamente en Caenorhabditis elegans (una especie de gusano) inició una nueva era de investigación con el objetivo de definir intervenciones para promover la prolongación de la esperanza de vida y la salud, finalmente, en los humanos.

Es por eso que, desde entonces, las mejoras logradas mediante la modulación de las características del envejecimiento han proporcionado dianas terapéuticas específicas para un envejecimiento saludable. Por ejemplo, revertir la desregulación relacionada con la edad de los mecanismos de detección de nutrientes mediante intervenciones como la restricción calórica o el tratamiento con rapamicina (que aumenta la esperanza de vida en varias especies).

De manera similar, la eliminación genética y farmacológica de las células en proceso de envejecimiento puede retrasar los defectos asociados con la edad, lo que resulta en una extensión de la vida útil en ratones. A partir de estos avances, ahora un equipo de científicos del Instituto de Investigación sobre el Cáncer y el Envejecimiento de Niza en la Universida de Côte d’Azur en Francia han descubierto cómo alargar la esperanza de vida del pez cebra, reactivando un gen dentro de las células intestinales. Los resultados se acaban de publicar en la revista Nature Aging.

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