evitar que los avances en inteligencia artificial y robótica desfasen la normativa y desprotejan al médico



Acerca de los retos que plantea al derecho la inteligencia artificial, destacó: “Estos algoritmos tienen una capacidad brutal para tratar información, así como una inteligencia muy práctica, pero son estrechos de percepción y carentes de humanidad, aunque van aprendiendo y mejorando cada día. En primer lugar, los datos de salud son extremadamente sensibles y tenemos una normativa muy estrecha. En los médicos hay sesgos de disponibilidad, de anclaje y de representatividad; detener la búsqueda al encontrar un diagnóstico, fiarse de la opinión de compañeros, etcétera, la inteligencia artificial obtendrá datos de las historias clínicas con sesgos, y por tanto la información no será buena”.

“En definitiva, las normas nos deben proteger en cuanto a inteligencia artificial, ya que llegará un momento que asuma la toma de decisiones automatizadas sanitarias y esto va a suponer un gran cambio en la relación sanitaria; ya se nos ha colado en la lex artis, ese criterio valorativo y corrector de la actividad médica que tiene en cuenta la experiencia, el tiempo y el estado de la ciencia que todos los médicos utilizan y por los que se les va a valorar en una hipotética demanda”.

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