El Día de San Valentín puede ser una excelente ocasión para tomar una dosis del único tratamiento cardiovascular que, en la persona y en el momento adecuado, no tiene ninguna contraindicación o efecto adverso: el contacto físico afectivo. Así lo sugiere un comunicado de prensa de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC).
“Hay estudios que han demostrado que las caricias y los abrazos generan un entorno seguro, una mayor conexión neuronal entre dos personas y mayor activación de la porción ventral del nervio vago, aumentando la variabilidad y coherencia cardíacas y disminuyendo las pulsaciones menos arritmias y taquicardia y la presión arterial menos hipertensión”, señaló el Dr. Julio Giorgini, exdirector del Consejo de Aspectos Psicosociales de la SAC y miembro del Área Corazón y Mujer de la Fundación Cardiológica Argentina (FCA)
“Por supuesto, el contacto físico puede ser una forma de terapia”, aseguró el Dr. Giorgini en diálogo con Medscape en español.
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