Según un nuevo informe, continuar con la terapia del inhibidor del factor de necrosis tumoral después de las 24 semanas de embarazo se asocia con una menor probabilidad de recaída de la enfermedad inflamatoria intestinal en mujeres embarazadas y con menos partos prematuros.[1]
Además, el número de cesáreas, nacidos muertos, infecciones graves y peso alto o bajo para el tamaño gestacional fueron similares en pacientes que continuaron o suspendieron el tratamiento después de 24 semanas.
“La interrupción del tratamiento del inhibidor del factor de necrosis tumoral se asoció con una mayor actividad de la enfermedad inflamatoria intestinal y, en consecuencia, con una mayor tasa de partos prematuros”, concluyeron el autor principal, Dr. Antoine Meyer, Ph. D., gastroenterólogo del Assistance Publique-Hopitaux de París, Francia, y sus colaboradores.
“Estos resultados brindan evidencia sólida que respalda la recomendación de mantener el uso de inhibidor del factor de necrosis tumoral durante todo el embarazo en mujeres con enfermedad inflamatoria intestinal”, escribieron.
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