Trágicos fueron los eventos que sucedieron al 20 de octubre pasado en la hermana república boliviana. Tras un proceso eleccionario en el que resultó reelecto el presidente Evo Morales por mayoría, la situación del país comenzó a resquebrajarse. El sufragio fue cuestionado. Se orquestaba un côupe d´etat.
Los medios masivos de difusión, pertenecientes a las hordas imperiales, envenenaron el espacio y casi de inmediato transformaron la realidad y el ambiente de un país tranquilo.
Las semanas subsiguientes colmaron sus agendas de protestas, manifestaciones, represalias, brutalidades policiales y trifulcas populares. El trágico final todos los conocemos: la renuncia de Evo y la toma de posesión de un gobierno títere.
En medio de tal escenario y con extrema inseguridad y zozobra estaba la brigada médica cubana.
No es un secreto lo que les ocurrió a algunos de nuestros galenos. Esas horrorosas historias están escritas con huella indeleble en la historia.
Hoy, a tres meses de un suceso disfrazado por la extrema derecha, una joven pareja de médicos de Pinar del Río, específicamente del municipio consolación del Suer cuentan sobre sus experiencias en el andino territorio.
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