El caracol gigante africano (Achatinafulica) y sus efectos en la salud humana



Los primeros informes acerca de la presencia de esta especie en Cuba se realizaron en enero de 2014 por la Dirección del Centro Nacional de Sanidad Vegetal y el Laboratorio de Malacología del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK). En el mes de julio de ese año se comprobó un número considerable de individuos de A. fulica en los alrededores del reparto Poey, municipio de Arroyo Naranjo, en La Habana.
Los estudios confirman su expansión con prácticas religiosas yorubas, a través de introducciones incidentales con estos fines. Hasta el momento se detecta el caracol gigante africano en 13 provincias del país, pero sin causar enfermedades en el hombre ni pérdidas en los cultivos. No se confirmaron afectaciones en las hojas de las plantas durante visitas realizadas a las áreas infestadas. Varias especies de moluscos, entre los A. fulica, constituyen vectores que pueden trasmitir parásitos intestinales, bacterias, virus y hongos patógenos. Su principal riesgo para la salud humana resulta de la posibilidad de actuar como huésped de nematodos, parásitos alojados en los tejidos fibromusculares y en las secreciones de la baba del caracol gigante africano.
Leer Noticias en Multimed 2019; 23(4).