La mortalidad por cáncer y enfermedades cardiovasculares en los astronautas no se asoció con el aumento de las dosis de radiación que reciben durante los vuelos espaciales. Esta es la conclusión de científicos rusos y estadounidenses, después de analizar los datos de salud de 301 astronautas y 117 cosmonautas. Los resultados fueron presentados en Scientific Reports.
Una persona en una nave espacial se ve afectada por varios factores potencialmente destructivos, uno de los cuales es la radiación ionizante. Durante un año en el espacio, una persona puede obtener una dosis de 30-50 rayos X (centivert) hasta un Sievert. En la Tierra, la dosis recibida durante el mismo tiempo será diez veces menor.
Riesgos del oficio
Ahora, científicos bajo la dirección de Robert J. Reynolds de Mortality Research & Consulting e Igor B. Ushakov de la Burnazyan Federal Medical Biophysical Center decidieron determinar si la radiación cósmica conlleva riesgos adicionales para el sistema cardiovascular del astronauta o cáncer.
Con este fin, los investigadores han recopilado datos de fuentes abiertas sobre 301 astronautas y 117 cosmonautas. La muestra incluyó a los que hicieron el primer vuelo desde 1959 hasta el 31 de julio de 2018 (astronautas) y desde 1961 hasta el 31 de diciembre de 2017 (cosmonautas).
El tiempo promedio de observación fue de 24 años para los astronautas y 25 años para los astronautas. Desde 1959, 53 astronautas y 36 astronautas de la muestra murieron. Los investigadores especificaron la causa de la muerte y, basándose en los datos recopilados, construyeron curvas de supervivencia de Kaplan-Meier, en las que se puede tener en cuenta la muerte por diversos factores.