En una era donde los secretos para alcanzar la longevidad parecen estar en el misterio de dietas complejas, rutinas deportivas exigentes y costosos suplementos, un descubrimiento reciente pone en primer plano un consejo tan simple como esencial: tomar agua regularmente.
Un estudio de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) en Estados Unidos ha revelado que la hidratación adecuada podría no solo mejorar nuestra calidad de vida, sino también prolongarla.
La investigación, publicada en 2019, señala que la falta de hidratación no solo está vinculada al envejecimiento prematuro, sino también al desarrollo de enfermedades crónicas graves.
En particular, el estudio descubrió una correlación alarmante entre la deshidratación y el aumento de ciertos indicadores biológicos de envejecimiento, como los niveles elevados de sodio en la sangre.
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