Hasta 40 % de las personas con psicosis no responden a los medicamentos antipsicóticos, y la gran mayoría de quienes los toman experimentan efectos secundarios preocupantes. El aumento rápido y significativo de peso, el aumento de los niveles de glucosa y colesterol en sangre y la presión arterial elevada son comunes, lo que contribuye a un mayor riesgo de diabetes y enfermedad cardiovascular.
La búsqueda de tratamientos más seguros y efectivos ha sido larga y ardua. La esperanza surgió en septiembre de 2024 cuando la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de los Estados Unidos aprobó Cobenfy (cloruro de xanomelina-trospio), el primer antipsicótico de su clase con un mecanismo novedoso que se dirige al receptor asociado a trazas de aminas 1 (TAAR1).
Se espera que el medicamento trate eficazmente la psicosis sin los importantes efectos secundarios metabólicos de los antipsicóticos más antiguos. Sin embargo, aún no se ha decidido si estará a la altura de su promesa en términos de eficacia y tolerabilidad.
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