Lípidos y demencia: una historia compleja y en evolución



La relación entre los niveles de lípidos y el desarrollo de demencia es un panorama en evolución pero confuso.

“Se trata de un área increíblemente compleja, y en realidad no existe un consenso claro sobre este tema porque las distintas clases de lípidos reflejan cosas diferentes”, según Betsy Mills, Ph. D., directora adjunta de Envejecimiento y Prevención del Alzheimer de la Alzheimer’s Drug Discovery Foundation.

Algunos estudios parecen indicar que niveles excesivos de lípidos pueden aumentar el riesgo de padecer demencia y enfermedad de Alzheimer. Otros insinúan que un nivel elevado de colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL) o incluso de triglicéridos puede ofrecer alguna protección contra una demencia subsecuente, mientras que niveles más elevados de colesterol de lipoproteínas de alta densidad (HDL), que hasta ahora se consideraban protectores, pueden tener un efecto perjudicial.

“Depende de los lípidos que se cuantifiquen, de lo que se utilice para determinarlos, de la edad de la persona y de muchos otros factores”, dijo Mills a Medscape Noticias Médicas.

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