Las mujeres comen de forma más saludable, acuden al médico más a menudo y aceptan los ofrecimientos de tratamiento profiláctico con más frecuencia que sus homólogos masculinos. Sin embargo, por lo general se les diagnostica una enfermedad reumática mucho más tarde. “En el caso de la esclerosis sistémica, por ejemplo, el diagnóstico se establece un año entero más tarde que en el caso de los pacientes masculinos”, afirmó la Dra. Uta Kiltz, médica jefa del Centro de Reumatismo Ruhrgebiet de Bochum, en Alemania, en una conferencia de prensa con motivo del Congreso Anual de la German Society for Rheumatology (DGRh) de 2023.
Además, determinados marcadores y anticuerpos pueden detectarse antes en la sangre de los hombres, como los de la esclerosis sistémica. “Es más, las mujeres presentan una gama más diversa de síntomas, lo que puede dificultar un diagnóstico inequívoco”, explicó la Dra. Kiltz.
En la mayoría de las enfermedades reumáticas se han descrito diferencias entre los sexos en cuanto a la progresión de la enfermedad y su presentación clínica. A grandes rasgos, las mujeres suelen presentar una gama mucho más amplia de síntomas y una mayor morbilidad, mientras que los hombres tienden a experimentar una progresión más grave.
Las comorbilidades también se dan a ritmos diferentes para cada sexo. Mientras que las mujeres con artritis reumatoide padecen con más frecuencia osteoporosis y depresión, los hombres son más propensos a padecer enfermedades cardiovasculares y diabetes.
Leer noticias en Medscape