Cuando los niños tienen una enfermedad grave, algunas familias optan por no revelarles la gravedad, razonando que conocer el alcance de esta puede quitarles la esperanza. Decidir si contarles a niños o adolescentes sobre la gravedad de su enfermedad es un juicio complejo y puede plantear desafíos legales, éticos y morales para los padres y los proveedores de atención.[1]
Lo habitual debería ser incluirlos
La American Academy of Pediatrics (AAP) recomienda en un nuevo informe clínico que lo habitual debe ser incluir a los pacientes pediátricos en las conversaciones sobre su enfermedad de una manera apropiada para su desarrollo, en la medida en que los padres se sientan cómodos.
El informe, escrito en nombre del Comité de Bioética de la American Academy of Pediatrics por la Dra. Sara Taub y el Dr. Robert Macauley, ambos del Departamento de Pediatría de la Oregon Health & Science University en Portland, Estados Unidos, se publicó en versión electrónica y aparece en la edición de octubre de Pediatrics.
Leer noticias en Medscape