
La temporada de gripe de otoño e invierno puede hacer que salgan a la luz vendedores deshonestos que ofrecen productos fraudulentos a consumidores desprevenidos, que ya están preocupados por protegerse de la enfermedad del coronavirus 2019 (COVID-19) y otras enfermedades infecciosas.
Algunos de estos vendedores ofrecen productos que no están probados y que afirman prevenir, mitigar, tratar o curar la gripe, aunque no hayan sido evaluados o aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) en cuanto a su seguridad y eficacia. Estos productos pueden ser peligrosos para usted y su familia. La FDA insta a los consumidores a evitar los productos fraudulentos contra la gripe y ofrece algunos consejos sobre cómo identificarlos.
Estos productos se pueden encontrar en línea, incluso en los mercados populares, y en tiendas minoristas. Pueden estar etiquetados como suplementos dietéticos, alimentos, desinfectantes para manos, aerosoles nasales o dispositivos.
La vacuna contra la gripe es la mejor prevención
La gripe es una enfermedad grave, causada por los virus de la influenza, que puede llevar a la hospitalización e incluso a la muerte. Vacunarse contra la gripe es la mejor manera de prevenir esta enfermedad infecciosa y sus graves complicaciones.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) recomiendan que todas las personas, a partir de los 6 meses de edad, se vacunen contra la gripe, en particular las que corren un mayor riesgo de sufrir complicaciones graves, incluyendo los niños pequeños, los adultos de 65 años o más y las personas con enfermedades crónicas. Para obtener más información sobre las vacunas, la inmunización y dónde vacunarse, visite https://www.vaccines.gov/es.
La FDA ha aprobado vacunas para la prevención de la gripe. Y si usted contrae la gripe, hay medicamentos antivirales aprobados por la FDA, disponibles con receta médica, para tratar la enfermedad. Los CDC recomiendan estos medicamentos para usarlos contra los virus de la influenza que han circulado recientemente. Funcionan mejor si se empiezan a administrar poco después de la aparición de los síntomas (dentro de las 48 horas).
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