Todos tenemos los mismos derechos humanos, sin discriminación alguna. Los derechos a la igualdad y a la no discriminación son piedras angulares de los derechos humanos. Sin embargo, en muchas partes del mundo, la incitación al odio y las prácticas discriminatorias por razones de raza, étnica, religión, nacionalidad, entre otras, están muy extendidas.
Se entiende por utilización de perfiles raciales y étnicos «el recurso de los agentes de las fuerzas del orden, de seguridad y de control fronterizo a criterios basados en la raza, el color de la piel, la ascendencia o el origen nacional o étnico como motivo para someter a personas a registros detallados, controles de identidad e investigaciones, o para determinar si realizan actividades delictivas», de acuerdo con el reciente informe
presentado al Consejo de Derechos Humanos por el Relator Especial sobre las formas contemporáneas de racismo, discriminación racial, xenofobia y otras formas de intolerancia.
En particular, los refugiados y los migrantes son objeto de controles basados en perfiles raciales y de la incitación al odio. En la Declaración de Nueva York para los Refugiados y los Migrantes
, aprobada en septiembre de 2016, los Estados Miembros de las Naciones Unidas condenaron enérgicamente los actos y las manifestaciones de racismo, discriminación racial, xenofobia y formas conexas de intolerancia contra los refugiados y los migrantes, y se comprometieron a tomar medidas para combatir esas aptitudes y comportamientos, especialmente los delitos motivados por prejuicios, el discurso de odio y la violencia racial.
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