Vivimos en una sociedad muy acelerada, con poco respeto por los ritmos circadianos, donde el dormir mal se llega a banalizar. Esto implica una mayor prevalencia del insomnio. Sin embargo, simultáneamente, también hay cada vez más individuos que están concienciados sobre la importancia del sueño, lo que se traduce en un creciente interés por las medidas destinadas a mejorarlo. Pero esta moneda también tiene su cruz, que es el aumento del mercado de productos sin necesidad de receta médica para el insomnio: suplementos y pastillas que se presentan como “naturales”, aerosoles o infusiones milagro, almohadas especiales, antifaces con tecnología incorporada, apps de meditación, dispositivos electrónicos, gafas con filtros de luz, lámparas de colores, etc.
El problema de todos estos productos es que tienen detrás ninguna o poca evidencia científica que apoye su uso para el tratamiento del insomnio, por lo cual, más allá de un posible efecto placebo puntual, no ayudan a mejorar la condición de la persona que los consume. Pese a ello, su venta goza de una gran salud. “Se trata de una industria con un gran poder de marketing que es capaz de llegar con mucha eficacia a su nicho, aquellos que sufren este problema de salud porque son personas muy vulnerables, dormir mal durante periodos prolongados de tiempo puede ser muy angustiante”, explicó a modo de introducción para Univadis España la Dra. Celia García Malo, neuróloga experta en sueño, coordinadora del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la Sociedad Española de Neurología (SEN) y codirectora del Centro Integral de Sueño y Neurociencias (CISNE).
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