El té ocupa el segundo lugar entre las bebidas más consumidas a nivel mundial, superado solo por el agua, como destacan especialistas de Harvard Health. Esta preferencia global se debe tanto a su larga tradición en diversas culturas como a las propiedades respaldadas por la investigación científica.
El té tradicional se elabora al infusionar hojas jóvenes y brotes de la planta Camellia sinensis, ya sea en su variante de hoja pequeña (China) o de hoja grande (Assam). La literatura científica, resumida por expertos de Verywell Health, señala que determinadas variedades —como el té verde— aportan beneficios como la estimulación del sistema inmunológico, la reducción de la inflamación y el fortalecimiento del sistema cardiovascular. Estos efectos positivos están relacionados directamente con los antioxidantes llamados polifenoles.
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