Ocho años después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) la definiera como una enfermedad tropical desatendida, la escabiosis sigue siendo “un desafío para la salud global, especialmente en población pediátrica, entornos institucionales y población migrante”, aseguró la Dra. Claire Fuller, consultora en dermatología del Chelsea and Westminster Hospital NHS Foundation Trust, en Londres, Reino Unido, directora de la International Foundation for Dermatology (IFD) y miembro del comité directivo de la International Alliance for the Control of Scabies (IACS), durante una sesión en el 15th World Congress of Pediatric Dermatology (WCPD 2025), que se celebró en abril.
La escabiosis, enfermedad cutánea causada por el ácaro Sarcoptes scabiei variedad hominis, afecta en cualquier momento dado a más de 130 millones de personas en el mundo, lo que se traduce en más de millón y medio de años de vida con discapacidad. “Esto es una gran carga, especialmente en los trópicos, con un coste enorme para los sistemas de salud y para las personas que no reciben reembolsos por la atención médica”, comentó la Dra. Fuller.
“Sabemos que la escabiosis tiene un enorme impacto en la salud produciendo estigma, aislamiento social y trastornos del sueño. Pero al romper la barrera cutánea también puede promover el desarrollo de impétigo, lo que puede causar sepsis y complicaciones inmunológicas, con mortalidad significativa de hasta 5 % a 10 %; el riesgo de muerte no es algo en lo que se piensa al hablar de escabiosis”, agregó.
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