Durante mucho tiempo los epidemiólogos del cáncer que estudian la dieta han intentado comprender las asociaciones entre el consumo de café y té y los riesgos de diversos tipos de cáncer.
En el caso del café se han descrito asociaciones débiles o inconsistentes con cáncer de mama, de ovario y otros tipos, mientras que un creciente número de investigaciones sugiere que el consumo regular de café puede reducir el riesgo de cáncer de hígado, endometrio y colorrectal.[1,2,3] A finales del año pasado un análisis de datos agrupados de más de una docena de estudios mostró que el mayor consumo de café o té estaba relacionado con riesgo significativamente menor de varios tipos de cáncer de cabeza y cuello. Aunque la evidencia es alentadora, no es suficiente para dar lugar a recomendaciones dietéticas formales, al menos no todavía, comentó Caroline Um Ph. D., de la American Cancer Society en Atlanta, Estados Unidos, que trabaja con datos de los estudios de nutrición a largo plazo Cancer Prevention Studies (CPS)-II y CPS-III, ambos de cohorte, prospectivos.
En 2020 la especialista publicó los resultados de la cohorte CPS-II que mostraban menor riesgo asociado con el consumo de café para los cánceres colorrectales y planea estudiar más a fondo el café y el té utilizando datos de la cohorte más reciente CPS-III.
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