El pescado durante el embarazo no es peligroso después de todo, según un nuevo estudio



Un nuevo estudio ha puesto en duda la guía oficial de décadas que aconseja a las mujeres embarazadas que limiten el consumo de ciertos pescados debido a su contenido potencialmente alto de mercurio.[1] Ese consejo se basó particularmente en un estudio de 1997 que sugería una correlación entre la exposición fetal al metilmercurio y la disfunción cognitiva a los siete años.[2]

Actualmente, el National Health Service (NHS) de Reino Unido aconseja no solo a las mujeres embarazadas, sino también a todas aquellas que son potencialmente fértiles (aquellas “que están planeando un embarazo o pueden tener un hijo algún día”) que limiten el consumo de pescado grasoso a no más de dos porciones por semana. Durante el embarazo y mientras intentan quedar embarazadas, se recomienda a las mujeres que eviten por completo el tiburón, el pez espada y el marlin.

Surgieron sospechas por estudio sobre consumo de ballenas piloto

Sin embargo, investigadores de la University of Bristol, en Bristol, Inglaterra ahora sugieren que las suposiciones generadas por el estudio original de 1997, de una cohorte de mujeres en las Islas Feroe, no estaban justificadas. “Se afirmó claramente que los niveles de metilmercurio estaban asociados con el consumo de ballenas piloto (un mamífero marino, no un pez)”, dijeron.

El calderón o ballena piloto es una especie que se sabe que concentra cadmio y mercurio y, de hecho, en 1989 se aconsejó a los propios lugareños de las Islas Feroe que limitaran el consumo de carne y grasa de ballena y que se abstuvieran por completo del hígado y los riñones.[3,4]

Sin embargo, como señalaron los autores, después del estudio de 1997, “las suposiciones posteriores fueron que los mariscos en general eran responsables del aumento de los niveles de mercurio en la madre”.

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